sábado, 12 de noviembre de 2011

QUE DESPELOTE

Fogaradas

Acusaciones mutuas

En un mar de acusaciones mutuas está hoy convertida lo que fue la campaña del candidato liberal a la alcaldía de Pereira, Juan Manuel Arango. 
Ante la imposibilidad de hacer aparecer los votos para superar al hasta este momento aspirante ganador, se han dedicado a recriminarse mutuamente y a echarse la culpa unos a otros. 


Propios colaboradores
Que hubo exceso de confianza en el candidato, que se creyó elegido y bajó la guardia en los últimos días, que no le volvió a pasar al teléfono a nadie, que ya no recibía a los líderes, que quedó de ayudar a algunos candidatos al concejo y a las comunas y no les cumplió, dicen muchos de los colaboradores cercanos al propio candidato a la Alcaldía. 
    
Les molestóOtros dicen que Juan Manuel no volvió a las reuniones con la comunidad, que lo invitaban y mandó en reemplazo a algunas personas de segundo nivel y que esto molestó a los líderes y dirigentes que lo estaban ayudando y terminaron apoyando y votando por la otra campaña en señal de protesta. 

Exceso de protagonismo
Dicen también que el exceso de protagonismo de algunos segundos en esa campaña y el deseo de pasar como autores de la victoria, generaron roces y peleas internas que a la postre terminaron por crear el caos y la confusión al punto que no se sabía quién era el responsable de cada tema y a quién hacer caso en uno u otro aspecto.


Se descompusoY como estas se tejen muchas otras razones del fracaso de una campaña que todo el mundo daba como triunfadora, que la inmensa mayoría de las encuestas lo ratificaban, y que nade sabe cómo, en cuestión de días se descompuso, perdió su cohesión y fortaleza y obtuvo un resultado que nadie esperaba. 
 
Hubo triunfalismo
De todas maneras, parece resultar cierto que sí hubo tres factores que fueron determinantes en el desmoronamiento de la campaña de Arango y el fracaso final que mostró el día de las elecciones. 
El primero fue el triunfalismo que hubo no tanto en el candidato sino en muchos de sus más cercanos asesores y colaboradores. 

Se sintieron ya elegidos

Muchos de ellos se sintieron ya elegidos y empezaron a desconocer, a no pararle bolas y hasta tratar mal a muchos líderes y dirigentes comunitarios que los buscaban, y estos molestos se fueron para donde Vásquez donde no sólo si les pusieron cuidado, sino que les dieron con creces todo lo que estaban pidiendo.





A tal punto
El triunfalismo llegó a tal punto que se sintieron no solo dueños de la Alcaldía de Pereira, sino con capacidad de influir en la elección del Gobernador de Risaralda, y ante el rumor de que el candidato Botero estaba dando instrucciones para que votaran por Vásquez, la campaña de Juan Manuel monto en cólera y se dedicó a decirle a sus seguidores que votaran por Sigifredo Salazar.





El propio hermano

Fue tal el convencimiento, que el propio hermano del candidato, Carlos Arango, fue quien lideró esta cruzada y el mismo quien se puso la última semana a llamar a todos los líderes para decirles que por instrucción del Juan Manuel había que votar para la Gobernación por el candidato conservador Sigifredo Salazar.






Molestó a todos
Y esto por supuesto, no solo no le gustó a los amigos de Botero en Pereira que pensaban votar por Juan Manuel, sino a los liberales que estaban apoyando para la Gobernación a su candidato Alberto Arias y para la alcaldía al exalcalde y candidato liberal; y ante esto decidieron unos y otros votar por Enrique Vásquez.






Ahí está el resultado
Es decir que con la decisión de quererle cobrar a Carlos Alberto Botero su lógica actitud de hacer llave con Vásquez, y de creerse dueños del electorado pereirano y capaces de voltear la gente para donde Sigifredo, lo que hicieron fue molestar, espantar y mandárselos todos, liberales, independientes y también conservadores, para donde Vásquez... y ahí está el resultado. 

Se creyeron ganadores
Y la tercera razón del estruendoso fracaso de la votación de Juan Manuel, fue el descuido a los líderes que lo estaban acompañando. 
Como se creyeron ganadores y no necesitar ya más líderes, ni votos, entonces no les volvieron a pasar al teléfono ni a atenderlos, lo que hizo que estos se molestaran y se fueran a votar con el candidato Enrique Vásquez.   

A los concejales
Es más, todas estas personas le dijeron a su correspondiente concejal “usted cuente con nosotros y con nuestro voto, pero en el tema de Alcaldía no nos pida que votemos por Juan Manuel, porque vamos a votar por quien si nos valora y nos pone atención y ese el candidato Enrique Vásquez”.
    
Ahí está la diferencia 
De allí la gigantesca diferencia entre los votos sumados de los concejales que habían dicho que estaban apoyando a Juan Manuel  Arango que fueron cerca de 91.000, y los que sacó el candidato liberal que apenas fueron 68.000. 
La diferencia corresponde a los que se fueron molestos para la campaña ganadora por la displicencia y la mala atención que le dieron en la campaña de Arango, especialmente, quién lo creyera, el propio hermano del exalcalde. 

Se dejaron tentar

Esto sin contar que también hubo, porque así fue, más de un concejal que se dejó tentar del poder y de las prebendas burocráticas y contractuales que estaba ofreciendo la campaña oficial de la actual administración, y calladitos se fueron a votar por el candidato de La U, Enrique Vásquez. 

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