NORTE DEL VALLE DESPENSA DE COLOMBIA |
Que el Valle del Cauca sobresale por la belleza de sus mujeres y la alegría de sus gentes es cierto. Pero el Norte brilla con luz propia cuando de fortalezas agrícolas se trata.
Los amplios cultivos de caña que hay en su zona plana, los viñedos y los sembrados de melón, maracuyá y cítricos evidencian la importancia que este sector económico tiene en la región.
De hecho, en las grandes haciendas de esas localidades se les brinda empleo a más de 20.000 habitantes de La Unión, Toro, Roldanillo, La Victoria, Zarzal y Obando.
De igual forma, en las laderas de Versalles, El Águila y Alcalá los cultivos de subsistencia, como plátano, cítricos, maíz, fríjol, frutas de clima templado, follajes y flores y caña panelera, completan la oferta hortofrutícola de esta parte del departamento.
Tantas fortalezas llevaron al ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, a anunciar a comienzos de año que el norte del Valle del Cauca será el punto de partida del Plan Frutícola Nacional, una iniciativa del Gobierno central para reactivar la producción agrícola en el país.
Hoy por hoy, los sembrados del Norte representan el 15% de la hortofruticultura colombiana, lo que equivale a 500 toneladas diarias de alimentos que abastecen el 70% de los mercados del territorio nacional.
Sólo en El Dovio, según las autoridades municipales, se generan 1.500 toneladas mensuales de cebolla, tomate, pepino, pimentón, lulo, maracuyá y repollo que abastecen a los consumidores de Medellín, Cali y el Eje Cafetero, especialmente.
Presente y futuro
No obstante, durante los últimos meses han sido varios los embates que este sector económico regional ha tenido que soportar.
La importación de uva y otras frutas de Chile, Argentina, Estados Unidos y Perú ha hecho que el precio no sea el mejor para los productores, especialmente para quienes tienen entre una y diez hectáreas de terreno.
De igual forma, la intensa ola invernal anegó más de 17.000 hectáreas de cultivos en las zonas planas del Norte, justo cuando se tenía el propósito de sacar adelante el Plan Frutícola del Valle.
Ramiro Tafur, director de la iniciativa, recordó que está contemplada a 20 años y que busca sembrar 26.000 nuevas hectáreas de cítricos, aguacates, mora, lulo, maracuyá y piña.
Para ello se requieren al menos $30.000 millones, los cuales apenas se están gestionando. Pero también hay otras iniciativas en camino. Es el caso del proyecto de restitución de cultivos ilícitos adelantado en Versalles con diez familias campesinas que habitan el cañón del Garrapatas y están sembrando cacao.
El teniente coronel Julio Alejandro Pinzón, comandante del Batallón Vencedores, explicó que el Ejército asume el traslado de técnicos e instructores de la Federación de Cacaoteros y el 55% del subsidio en semillas, mientras que el Municipio asume el mantenimiento y la Federación se encarga de la comercialización.
Entre tanto, en El Dovio, Jennifer Marín, una emprendedora que vio en el campo su proyecto de vida, es dueña de un cultivo de tabaco en el que le da empleo a cinco personas y con el que abastece a Coltabaco. Lo mismo hace su primo, quien ocupa a nueve familias.
Otro motor
Pero no sólo las frutas y las hortalizas ocupan un renglón importante en la economía de este sector del Valle del Cauca.
Pese a que en 13 de los 18 municipios de la región el área cultivada no supera el 2%, el café también tiene un peso importante en el Norte.
Pese a que en 13 de los 18 municipios de la región el área cultivada no supera el 2%, el café también tiene un peso importante en el Norte.
Según el Comité Departamental de Cafeteros, la razón es que, más allá de los sembrados que se pueden divisar sobre todo en El Águila y Ansermanuevo, la idiosincrasia, las costumbres y los paisajes de la zona giran en torno a la cultura del grano.
De hecho, como se recordará, Ulloa, Alcalá, Caicedonia, Sevilla, El Águila, El Cairo, Ansermanuevo y Argelia están nominados a ser Patrimonio de la Humanidad de la Unesco como Paisaje Cultural Cafetero.
Para los alcaldes y los promotores de la cultura y el turismo en estas localidades, esta nominación es una oportunidad para fomentar la sostenibilidad social, económica, cultural, ambiental e institucional de la zona e incrementar la calidad de vida de sus comunidades.
“La importancia es la proyección de la región en el entorno vallecaucano y el suroccidente colombiano, porque siempre nos habían calificado como una zona cafetera, pero sólo a nivel de producción y no turístico, y cuando hablamos de turismo se desprende una cantidad de cosas, como traer recursos del orden nacional e internacional para proyectar la región”, señaló Fernando Escobar, alcalde de Ansermanuevo.
Por su parte, Alcalá va un paso adelante, puesto que, a partir de la nominación, allá se viene trabajando en el diseño del Plan de Desarrollo Turístico.
“Es un plan diseñado a quince años y en él ya se considera esta certificación”, afirmó Diego Felipe Castaño, director de la Casa de la Cultura Municipal.
En Ulloa, entre tanto, se organizó el Consejo Participativo de Mujeres Cafeteras, un escenario en el cual más de 20 féminas se vienen capacitando desde hace dos años en derechos y deberes, participación ciudadana y relevo generacional en la caficultura.
Julieta Rivera, presidenta de la agremiación, comentó que en el grupo hay propietarias de fincas, agregadas y recolectoras con quienes también se trabajan temas de equidad de género y manejo del grano, con apoyo del Comité de Cafeteros y Cencova.
Este Consejo es uno de los más pujantes de los 24 que hay en el Valle del Cauca, lo que le ha merecido reconocimientos y apoyo en proyectos como el Vivero Municipal, que impulsa desde hace varios meses.
Capital natural del Norte
Capital natural del Norte
Cartago, a su vez, es considerada la capital natural del norte del Valle y aunque allí la gran industria es casi inexistente, el comercio, la manufactura y el transporte jalonan su economía y la de los municipios vecinos.
Así lo determinó un estudio realizado por el Observatorio Económico de la Cámara de Comercio de Cartago con las empresas registradas en la ciudad.
Según el informe, el 85% de encuestados son micro y pequeños empresarios y sólo el 4% es considerado como gran empresa.
Al igual que el sector agropecuario, el comercio ha tenido dificultades por el aumento del desempleo en la región.
Al igual que el sector agropecuario, el comercio ha tenido dificultades por el aumento del desempleo en la región.
Sin embargo, ello no ha sido óbice para que la Villa de Robledo siga siendo el gran motor que jalona la economía del Norte.
Con información diario EL PAÍS
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