martes, 26 de julio de 2011

SE NOS FUE EL MÁS VIEJO DE PITALITO


Murió el hombre más viejo de Pitalito

A la edad de 118  años dejó de existir Azael Bahos, considerado el hombre más viejo del municipio de Pitalito y quien aunque nació en Almaguer, Cauca el 31 de diciembre de 1893, vivió la mayoría de sus años en el corregimiento de Bruselas.


Bahos, llegó por primera vez la región de Isnos hacia 1910 en busca de mejores horizontes de vida, más por liberarse de las fuertes palizas que le daba su padre por no llevársela bien con su madrastra, pues había perdido a su madre desde los tres años de edad.

Aunque no aprendió a leer y ni a escribir porque las condiciones no le permitieron ir a la escuela, se esmeró por aprender a dibujar su nombre para estamparlo como firma en documentos que siempre respetó e hizo valer.

En octubre de 2010 en una entrevista que le concedió a DIARIO DEL HUILA, contó parte de su historia, señalando que, lo que hoy es Isnos eran montañas –bosques-, que poco a poco fueron talados para formar las fincas dedicadas a la siembra de maíz y  pastos.

“A me dieron un lote en lo que hoy se conoce como ídolos y allí tumbando montaña a punta de hacha, encontré las chinas –estatuas-, que estaban tendidas en el suelo, en medio de la maleza. Nunca imaginé que tuvieran tanto valor y mire, hoy es un parque que tiene el gobierno en ese lugar que era mi finca”, dijo en su oportunidad  Azael Bahos.

Sus secretos

En dicha entrevista el abuelo también reveló alguno de sus secretos para tener una larga vida y sobre todo con excelente salud, la que siempre disfrutó hasta el final de sus días.

“No fumar tabaco, ni beber chicha, ni aguardiente, ni nada de eso que embriaga, comer muy bien y no trasnochar. Con mujeres, solamente tuve a mi esposa, con quien tuvimos varios hijos”, añadió.

Fue un excelente intérprete de la flauta, cantor de canciones románticas y exquisito amigo de la buena mesa. Llegó a Bruselas atraído por el cultivo del café y se estableció en este corregimiento donde logró buenos frutos.

Nunca perdió la razón, hablaba siempre con sentido de consejo, escuchaba y reprochaba lo que consideraba estaba mal. Hasta hace poco trabajaba en su huerta casera sembrando legumbres, su vista y oído eran agudos.

La muerte le sobrevino, en la tarde del pasado sábado y sus exequias se cumplieron en la tarde de ayer, con oficios religiosos en el templo parroquial de Bruselas.

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